El Arte extremeño: Juan Caldera
Mª Jesús Herreros de Tejada Perales, Directora del Museo de Historia y Cultura "Casa Pedrilla".
(Texto del libro editado con motivo de la exposición del centenario del nacimiento del pintor)


Tras el desastre del 98, se va a crear una conciencia general en el ámbito cultural cuya problemática se centrará en la nueva situación; la inquietud por España va a ser el fundamento de todas las manifestaciones del pensamiento, las cuales se caracterizarán por el nacionalismo, el casticismo, por una preocupación por los valores intrínsecos de nuestro país, destacándolos y ensalzándolos unas veces, otras tiñéndolos de un gran pesimismo. En las artes plásticas, de la misma manera, se producirá una corriente regionalista, que fructificará en importantes escuelas como la vasca, la catalana o la valenciana, basada en el realismo, a través de la cual los artistas de las distintas regiones expresarán su entorno físico, social y cultural, con una iconografía propia, y según la proximidad o lejanía a las vanguardias que se empiezan a producir en Europa, las tendencias artísticas serán muy diferentes en unas regiones y otras. En Extremadura, no solo alejada de Europa, sino además con una forma de vida poco propicia para crear un ambiente cultural rico (limitado al mundo de las tertulias que si provocaba un espíritu inquieto en aquellos que participaban) que favoreciera el desarrollo de nuestros artistas, tienen un gran valor los caminos que anduvieron y las metas que alcanzaron, cuando en el mejor de los casos, sus contactos con el exterior se limitaron a unos años de estudio en las capitales con escuelas superiores y viajes esporádicos por la participación en algunas exposiciones nacionales. Cualquier otro contacto o conocimiento les quedaba lejos cuando, además, los medios de comunicación nada tenían que ver con la excesiva y veloz información que nos transmite hoy.
Uno de aquellos artistas que supo aprender de sus años en Madrid, todo aquello que sus maestros -Simonet, Garnelo, Cecilio Plá, Muñoz Degraín y Moreno Carbonero, entre otros- le enseñaron, y trasladarlo a su intención regionalista fue JUAN CALDERA REBOLLEDO (1897-1946), el cual también supo sacar de la Extremadura Alta toda la riqueza de sus costumbres, de su tipismo, de su color y de su luz, contribuyendo a la creación del arte extremeño.
De esta manera, D. Tomás Martín Gil, polifacético personaje cacereño, protagonista fundamental de las mencionadas tertulias, leía en la inauguración de una exposición en el Ateneo en 1929: "Si el Arte es la expresión material de la belleza, es incuestionable que habrá una posibilidad de expresión artística en todas y cada una de las cosa que puedan ser bellas. Por esta razón, y habida cuenta que la Región Extremeña posee una destacada personalidad, en la caben bellezas de múltiples géneros y variadísimos aspectos, es indudable la posibilidad de un arte extremeño".
En las obras aquí expuestas se deja patente la idea de la que hablamos. Nos muestran la base fundamental de la obra de Caldera: el extremeñismo y, por tanto, la existencia de un arte extremeño, característica común a los artistas de esta primera mitad del siglo XX; compartiendo la actividad plástica en Cáceres con Gustavo Hurtado Muro, que fue uno de sus primeros maestros, con Eulogio Blasco "El Mudo", con Conrado Sánchez Varona,...y en Badajoz, Eugenio Hermoso, Abelardo Covarsí o Pedro de Torre Isunza.
La búsqueda de este espíritu les puso en relación muchas veces con otras manifestaciones culturales, tal es el caso del estrecho vínculo que les unió a la obra poética de Gabriel y Galán. También es un momento político en el que se empieza a luchar por el regionalismo extremeño. En una entrevista realizada por Martín Gil en El Noticiero (noviembre de 1925), Juan Caldera expresa: "Exaltar la vida de Extremadura Alta, esta vida de mi pueblo, tan limpia y patriarcal; con tantos motivos de emoción, alegres o amargos. Esa será mi tarea en el porvenir..."
Introduciéndonos en la plástica de Caldera, lo situamos en la tendencia realista que en estos años impera en la mayoría de las regiones. Reconoce la influencia recibida de algunos de sus maestros en la Escuela de Bellas Artes y se siente especialmente atraído por la luz y el color de Sorolla. Evoluciona desde la pintura academicista en su primera etapa hasta una técnica de pincelada suelta y espontánea próxima al impresionismo en sus últimas obras, sin duda las más personales en la interpretación de la realidad.
A través de toda su obra se aprecia la habilidad con el dibujo, un trazo seguro en el que cuida la línea y el modelado de las figuras, componiendo con proporciones y respetando las reglas en la distribución de personajes; juega con las luces y las sombras para crear las perspectivas y la profundidad de sus ambientes. También se caracterizará siempre el color, destacando la influencia de la luz, buscando el punto exacto de tono, los matices, de tal manera que le proporcionarán un estilo muy personal.
En cuanto a los temas tratados, Caldera desarrolla el mundo en el que puede verter sus ideales: pintura de costumbres y paisajes y, como parte de los anteriores o como tal en sí mismo, siempre el retrato. Escenas de la vida cotidiana, personajes ataviados con trajes típicos, imágenes caseras populares o la
"Virgen de la Montaña", pieza fundamental de la tradición cacereña, a la que llevó al lienzo en múltiples ocasiones. Paisajes extraídos de su entorno, urbanos y rurales, los tejados que veía desde su estudio sus viajes estivales a Béjar y a Hervás, y las emblemáticas encinas extremeñas.
La obra de Juan Caldera está claramente dividida en dos etapas cuya barrera se sitúa en 1926, año en que concurre a la Exposición Nacional de Bellas Artes con su cuadro
"Un mercado de Plasencia" obra de grandes dimensiones que espera que sea bien considerada. Sus ilusiones no se ven satisfechas y a pesar de la buena crítica que tiene en Madrid y de la respuesta popular ante este hecho en Cáceres (artículos en "Adarve" y en "Extremadura" en octubre del mismo año, sugiriendo a la Diputación la adquisición de esta obra), Caldera entra en un proceso de decaimiento que le aparta de la pintura, dedicándose a la docencia en distintos centros cacereños.
Después del duro período de la Guerra Civil, Juan Caldera retoma con entusiasmo su actividad pictórica, siendo en esta etapa en la que saldrán de sus pinceles las obras más personales, con sello propio y con un gran dominio de la técnica, mencionamos como ejemplo dos de sus mejores obras,
"El Tío Esquilones" (Museo de Hª y Cultura Casa Pedrilla), muestra de retrato intimista y psicológico y "El regalo del cortijo" (colección particular), donde el color y la luz expresan toda la vitalidad de las jóvenes retratadas.
No solo la producción de obras va a ser intensa en este momento, sino que, además crea una agencia de publicidad en Cáceres , "FEFA", tal vez la primera, desde la que realizará diseños de escaparates y proyectos publicitarios para prensa, radio y cine.
Fueron pocos los años de actividad imparable, falleciendo en plena madurez artística y con un futuro lleno de proyectos.



Biografía: Relacion cronológica
Juan caldera Rebolledo
1897 - El 28 de Marzo nace en Cáceres.
-Se inicia en el dibujo durante los años de bachillerato con los profesores Gustavo Hurtado y Julián Perate.-Estudia en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, teniendo como maestros a
Enrique Simonet, Cecilio Plá,Muñoz Degrain y Moreno Carbonero, entre otros, de algunos de los cuales se verá influido en su pintura.
1919- Desde este momento empieza a ser conocido, como lo demuestra el artículo que sobre él habla en la revista santanderina "Atalaya", mencionándole como joven promesa, o el interés que por él toma el prestigioso médico Miguel Jiménez Aguirre.
1920- Se presenta a la Exposición Regional de Arte realizada en el Ateneo de Badajoz, recibiendo la Medalla de Primera Clase por su obra
"Jueves Santo" actualmente propiedad de la Diputación Provincial de Cáceres.
A partir de ahora su participación será continua en exposiciones colectivas y certámenes públicos en la región extremeña, así como también realizará algunas exposiciones individuales, como por ejemplo, la exposición realizada en 1923 en la Galería Fotográfica de Julián Perate.
1925- En esta fecha empieza su carrera docente como Profesor Ayudante de Dibujo del Instituto de Enseñanza Media de Cáceres.
1926- Se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, con su obra de gran magnitud "Un mercado en Plasencia".
El hecho de no resultar ganador y de no encontrar un ambiente artístico y un estímulo entre sus paisanos, repercute en él y en su obra, por lo que desde esta fecha hasta mediados de los 40 apenas si vuelve a pintar.
1927- Exposición de Arte Extremeño en el Palacio de Bellas Artes de Sevilla, en la que vuelve a presentar
"Un mercado de Plasencia". Le acompañan, como artistas cacereños, Eulogio Blasco "El Mudo" y Conrado Sánchez Varona.
1929- Participa en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla, recibiendo la Medalla de Plata como Expositor del Grupo I (Bellas Artes), Clase 2ª (Pintura y Dibujo).
1930- Gana el Concurso de Carteles para la Feria de Mayo, convocado por el Ayuntamiento de Cáceres.
1931- Es nombrado Profesor de Dibujo del Colegio "San Francisco".
1932 - Contrae matrimonio con Felipa Blasco, con la que tendrá seis hijos.
-Pasa a la Escuela de Magisterio de Cáceres, como Ayudante Interino Provincial de Dibujo, primero, y Profesor Ayudante Interino después.
1940- A partir de esta fecha desempeña el cargo de Profesor Interino de Dibujo Artístico de la Escuela Elemental de Trabajo de Cáceres.
1944- De nuevo gana el Premio del Concurso de Carteles para la Feria de Mayo del Ayuntamiento cacereño.
-Paralelamente a sus actividades artísticas y docentes, crea la que tal vez fuera la primera agencia de publicidad en Cáceres, "FEFA", en la que realizaba proyectos publicitarios para Prensa, Radio y Cine, además de llevar a cabo decoraciones de fachadas,escaparates y establecimientos.
1946- Fallece en Cáceres.